dijous, 28 d’octubre del 2010

ELS AMORS DE L'ORIOL



El Secretario de Inmigración de la Generalitat califica al Imán de Lleida y al Papa de "retrógrados"

Pilar Rahola | La Vanguardia de 28/10/2010

Tenía razón Ernest Folch en el 59 segons, cuando aseguraba que el problema del tripartito ha sido la falta de autoridad del president. Sin duda, no en vano no es más culpable quien monta un cirio a un presidente que el propio presidente que lo permite. Si el autoritarismo es un virus para la democracia, la autoridad es todo lo contrario, es una de sus garantías, y cuando un político no la ejerce con convicción, su debilidad se extiende por toda la institución.

Es el caso que nos ocupa, el enésimo de esta categoría de bocazas del tripartito, cuyas meteduras de pata no han tenido ninguna otra consecuencia que quedar retratados ante la opinión pública. La última fue la del número 2 de Interior, Joan Boada, yéndose feliz a manifestarse en Girona, mientras en Barcelona unos centenares de cafres montaban la de San Quintín. Y ahora llega el secretario de Immigració, Oriol Amorós, y le da por confirmar al voluntarioso Peter con aquello de que "todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia". El hombre le ha dicho a Jordi Basté, por boca de su cargo, que entre Benedicto XVI y Abdelwahab Houzi, el imán de Lleida considerado por los servicios de inteligencia uno de los más radicales del país, le costaría elegir, y los ha considerado la doble cara de una misma moneda. Es decir, entre el salafismo wahabí, que reza por los suicidas, odia a Occidente, considera que la mujer debe ser tratada como una posesión y segregada de la sociedad y está en contra de la democracia, y el Papa de Roma, no hay diferencias. Y no le ha pasado nada, porque Montilla solo riñó una vez a alguien, y fue al bueno de Ausàs por lo del referéndum, que es una riña que electoralmente les iba bien a ambos.

Y así este hombre que ejerce la máxima responsabilidad sobre inmigración, y cuya empanada mental asusta seriamente, se quedará tan tranquilo en el cargo. A cobrar, que son dos días más. Lo que me preocupa no es la enésima demostración de anticlericalismo de bolsillo, porque es tan previsible en boca de algunos como obsoleto. Hay una gran diferencia entre la crítica al Vaticano y estas muestras de errática ignorancia. Lo que me preocupa es que a un secretario de Immigració no le preocupe la existencia del radicalismo islamista, no le preocupe que algunos imanes radicales contaminen el cerebro de sus gentes y no le preocupe que conviertan a ciudadanos catalanes en gentes que odian a Occidente. Este hombre ¿qué hace?, ¿calceta? Ya no se trata de ofensa, o del lío de identidades de algunos, o de pura tontería. Se trata de irresponsabilidad.

Ahora Houzi debe de estar encantado. No sólo no lo controlan ni lo expulsan por el daño que hace, sino que lo ensalzan a la categoría de un papa. ¿Es esto la multiculturalidad? Más bien es la demostración patética de la categoría intelectual de quienes ejercen algunos cargos. Intelectual y moral.